Tequila Sunrise
Resumir un viaje en avión en los tiempos que corren es como traducir el Bhagavad Gita de un tirón, una tarea casi imposible y con varios banquinazos en el camino. Pero a esto me dedico, a observar la realidad e interpretarla para ver a cuántos tengo de mi lado el día que tiremos los cuerpos en el fogón y brindemos con ceniza de zombie.
Confieso que llegar al aeropuerto de San Francisco fue una experiencia agridulce. Tanta gente con bozal puesto tomando su latte con pajita por debajo de la tela fue como una operación a corazón abierto, inesperada y dolorosa. El desafortunado evento me forzó a comprar un café con leche y sostenerlo pegado a la boca para que ninguna oveja apocalíptica me coartara la libertad de respirar aire puro.