Los números nunca fueron mi fuerte, no solo que continuan dándome lecciones, sino que también necesitan ser explicados a una comunidad científica que podría usar una profesora particular del aporte de mis cuadros sinópticos. 

Cómo ya estoy un poco cansada de que me amenacen con cifras fantasmas, muertes ficticias y enfermedades coronarias que misteriosamente se transformaron en fallecimientos por una gripe mundial,  decidí activar mi generosidad y hacer las cuentas por ustedes.

No sé por donde empezar, ya que nunca pensé que iba a sentir tanta vergüenza de tener que mostrarles que son peor con la matemática que yo. Entiendo que los gobiernos no quieran blanquear la situación para que ustedes sigan comportándose como el rebaño perfecto, ahora que ustedes no agarren la calculadora dice mucho de cómo la ignorancia no tiene medida.

Y si después de leer mi presentación basada en una estadística nacional me vas a venir a gritar, no solo que te voy a considerar un burro con los números, sino además una entidad peligrosa que amenaza el bienestar y la salud de la humanidad. Ya que si miramos bien, muchos médicos saben la verdad detrás del fiasco de esta plandemia y se callan para no perder sus malditas patentes. A este planeta más que inteligencia le hace falta coraje. 

Harta de la cobardía científica que no hace nada para protegernos de esta dictadura mundial. Mis aportes serán pocos, pero están basados en un estudio poblacional, y no en una farsa que se está cargando el hambre, la economía y la objetividad.

Cómo pedirles que se despierten es un poco demasiado, al menos tómense el tiempo de leer las cifras que voy a plantear en el párrafo siguiente.

En el mundo se mueren 150.000 personas por día, sobre una población de más de 6000 millones de personas. La forma más fácil de aplicar esta proporción a cualquier país (más allá de que hay países con índices de mortalidad más altos que otros) es multiplicar la población por un factor de 0.00002.

En el caso de Argentina el resultado es de 940 muertos por día, o sea, 28.000 muertos al mes. Si al estado se le ocurre decir que 500 de esas muertes eran por COVID, les sobra cuerpos porque esos muertos ya estaban dentro de los índices mundiales. ¿Entendieron o les subo la tabla del Debe y el Haber? La única diferencia es que antes del virus llevábamos una vida normal, y después del virus se paró el mundo entero. Conclusión: no solo que esta es la gripe más benévola de la historia, sino la más estúpida también. Ya que si observan los cuadros que les adjunto (rezando que los medios no me lo censuren), se mueren más personas de tumores y enfermedades cardiovasculares que por esta plandemia.

Otro dato no menor es que hasta 2007 en Estados Unidos fallecieron 450.000 personas anuales de problemas coronarios; el país asignó 3000 millones de dólares para la resolución de este problema, mientras que para erradicar el terrorismo se gastó 54 veces más—no escribo la cifra porque es demasiado larga—. Si un sistema está gastando 6600 veces más en combatir el terrorismo qué en la salud de la gente, ¿cómo podemos entablar un vínculo sano con el estado? ¿Los ayudo?

Investigando por nuestros medios, no sus medios—¿por qué sabés que esto está subvencionado por ellos, no?—. Nuestros medios, los que están fuera de nuestra zona de comfort, disponibles para que te enteres que se están riendo en tu cara y vos te dejas estafar por ser un vago de alma sin criterio.

Irónicamente, mientras les escribo esto me llegó un informe que dice que en Brasil acaban de encontrar los cajones de los muertos llenos de piedras adentro. Por supuesto que esta noticia no será transmitida por CNN, porque la cantidad de dinero que están poniendo para exterminarnos es más grande que la dignidad de los medios financiados por la corrupción.

Joder, no tenía planeado escribir sobre números y política un domingo por la tarde, sinceramente preferiría estar paseando un perro e ignorando la realidad, pero eso es lo que están haciendo muchos y así estamos: tosiendo dióxido de carbono, haciendo colas interminables por un resfrío y manejando el auto con barbijo puesto.

Por lo menos tengo una a favor, en Estados Unidos la venta de armas es libre, no me atrevería a matar a nadie, pero si se arma la balacera por falta de comida y coherencia, al menos estoy protegida.

¡Nos vemos en el banco sanguíneo! 

Ceci Castelli

https://www.argentina.gob.ar/salud/instituto-nacional-del-cancer/estadisticas/mortalidad

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