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Ataques a la calle Chestnut

Ayer me contactó una amiga de la familia para enviarme algo que le llamó la atención; un informe específico sobre las flores de Bach y sus poderes curativos. Venía todo muy lindo hasta que le dio SEND y me llegó un archivo con la captura de pantalla que decía: Chestnut: fracaso a aprender de los errores. 

Como muchos sabrán…vivo en la calle Chestnut. No soy un árbol Chestnut, no largo aceite de Chestnut, y juro que no elegí vivir en esta calle porque sabía que las flores de Bach me iban a dar una lección a 10.000 kilómetros de distancia. 

Caí acá, porque no había ningún otro departamento disponible, pero como creo que nada es aleatorio ( y esta chica también lo sabe ) hoy la puñetera señal me culpa de algo que vengo enfrentando desde hace más tiempo que la penicilina: mi karma. ¿Y ahora qué, las flores de Bach tienen la posta? Déjenme que les diga algo, creo en la homeopatía más que en mi madre, pero estás flores de Bach me tienen hasta el coño. Quieren resolver los problemas existenciales sin un ejercicio espiritual o terapéutico y encima ahora también me quieren juzgar por mi domicilio.

Alguien tiene que detener a estas flores, han arrasado con todos los hippies alive y ahora también me atacan por las redes sociales. El ser humano está chafado y altamente confundido, ¿y estás flores en un gotero piensan resolver 1000 años de historia? I refuse!

La única vez que las tomé me sentí mareada todo el día, pero me parece que eso fue porque el pseudo farmacéutico que las preparó se le fue la mano con el alcohol, una suerte de pocos. A la semana desagoté el frasquito y metí esencia de vainilla adentro para pasarla mejor haciendo tortas caseras que intentando arreglarme las emociones. Esa fue la ruptura con las flores de Bach. Se ve que además de ser curativas son rencorosas las florecitas estas, porque hoy me asaltan virtualmente insinuando que no aprendo. La que sí aprendió fue la amiga de la familia, ya que enseguidita me dijo: a lo mejor estás ahí para aprender y no repetir. Este es el problema de esas malditas flores, cuando no las escuchas, mandan a un intermediario poseído por la sustancia para que llegue el mensaje no matter what. 

Claramente estoy en este planeta porque me quedó alguna puñetera lección en el tintero, probablemente el motivo sea porque no me estudié la clorofila de las plantas medicinales de memoria y esta chica inconscientemente me quiere enseñar botánica. 

Y entre la botánica, la gramática, este año que no me voy de vacaciones y los mensajes encriptados, estoy por darle el dedo del medio a cualquier yuyo que se junte para hacerme frente. 

Gauchos, no me provoquen que estoy a un paso de la quema de palo santo y el tiroteo en el balcón.

¡Un beso en la frente y buen viernes para todos!

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