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Sin globito no hay fiesta

Hablar con Fernanda es traer color a mi vida sin moverme de la poltrona que da a la arbolada norte de la calle Chestnut, esto de no estar en on-line dating está sembrando sus raíces, otra gente lo hace por mí y me ahorro los discursos acartonados y el dolor de juanetes por ponerme los tacones para pisar a mis víctimas.

 — Bueno, hoy es miércoles, ¿qué cenamos de rico?.

 — Ay pues mira Ceci, he conocido un chico muy lindo pero no le gusta usar condones y eso es un problema sabes.

 — Él y el 99% de la población querida.

 — Si, pero sabes que si no hay globos no hay fiesta, Ceci.

 

Esto último me lo dijo en inglés pero el mensaje les llegó igual, ¿no?.

 

— Es que hacemos el amor delicioso pero discutimos una hora antes de hacerlo porque él dice que el condón le quita emoción al asunto.

 — Bueno pero Fer, hay maneras de solucionar esto, ¿no? le decís que se haga un test y ya.

 — Se lo dije, pero esto es el Bay Area Ceci, la promiscuidad no es un dato menor.

 

— Cierto, con todo lo que inventan en esta área deberían crear una cámara genital que monitoree nuestros candidatos, ¿puede qué ser soltera venga con tantos contratiempos?

 

— Él tiene 50 años, uno creería que está de vuelta, pero este muchacho no deja de sorprenderme.

 

— Bueno, vos tenes 47, él pensará lo mismo de vos, ¿no?.

 

— Es que los últimos hombres con los que he salido que tenían 50 años tenían muchos problemas allí abajo, ¿sabes? pero este está siempre listo.

 

— No sé de que me hablas Fer, la última vez que escuché la palabra “listo” fue cuando eliminé esa aplicación para siempre.

 

— Es que Ceci tu no le diste un chance a tu rango de candidatos, fíjate que yo he pagado un plus para ver quien me da super-like y así expandir mi rango de interesados.

 

— Pero Fer, me enviaste fotos de los que gustaban de vos y la mayoría estaban disfrazados para Halloween, ¿a esto llamas oportunidad?. ¿Encima tengo que pagar más para ver un hombre con antifaz? ¡Netflix FOREVER baby!

 

— Ceci en algún punto vas a tener que salir de tu guarida y conocer gente, no van a venir a tocarte la puerta.

 

— ¡Ni quiero! ¡¿Mirá si Batman no quiere ponerse condones?! 

 

— Bueno, ya lo solucionaremos, al menos tiene erecciones, no como el último que estuve que no había manera de resucitarlo.

 

— Dios mío, pensar que en los años 50’s tenían que pedirle permiso a tus padres para salir. ¿Cómo llegamos hasta acá?.

 

— Gracias a todos los santos Ceci, no creo que estos hombres hubieran querido cruzársela a tu madre antes de salir contigo.

 

— Mi madre les hubiera pedido el documento de identidad, poco sabía de enfermedades venéreas en aquella época. 

 

— Yo a este muchacho le pedí un STD, veremos que pasa.

 

— El canapé y el salmón ahumado te lo debo, reminiscencias del siglo XXI supongo.

 

— Que extraño Ceci, cuando yo te conocí pensé que eras una chica muy activa sexualmente.

 

— Desde ya, ¿vos sabes cuántas veces yo le hago el amor a HBO, baby? Incontables. Nos cuidamos sin profilácticos y tenemos finales felices. Hablame de amor.

 

Fernanda revolea los ojos y puedo sentir su palpitar de decepciones inhabitadas, que significa que un orgasmo jamás podrá reemplazar la pantalla grande. Sin embargo tengo mis objeciones, ¿alguien ha visto el torso desnudo de Ryan Gosling? Listo. No se habla más. Se puede llegar a la cima de diferentes maneras you know.

Yo personalmente creo que el orgasmo está sobre evaluado, y por culpa de la maldita descarga juzgan a mi cartelera. 

 

— Ceci, se puede tener todo, ¿sabes?.

 

— No lo sé, en mi vida las cosas funcionan por compartimentos, a lo mejor debería ampliar el prisma con el que evalúo las situaciones, pero hasta ahora te puedo dar una pista: HBO o sexo salvaje. Your call.

 

Finalizó nuestra conversación y yo me quedé con la imagen de un cincuentón discutiendo con el látex. A mí solo me tocó ver la versión  empobrecida de los tiempos que corren: mi nórdico, un libro y el velador que le hace sombra a mi libido. 

NOTEBOOK that!

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