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Querida Argentina

 

Qué pasó con tus tierras, tus trabajadores, tus ganas de luchar producto de la herencia de tus ancestros que batallaron hasta el final por un país libre.

Dónde está la nación que alguna vez fue el nido de la miseria y la pobreza de tantos emigrantes fortaleciéndose con la mano de obra, la materia prima y el alimento para tantos otros países.

A dónde fue a parar el fuego interior que nos marcó a todos por dentro siendo una cultura apasionada y unida que se paraba frente a cualquier disconformidad que coartara nuestros derechos.

Donde está mi querida Argentina que me vio crecer entre el campo, el club, los amigos sin darme un respiro festejando lo que éramos: una gran familia.

Donde fue a parar esa comunidad que siempre me contenía y acompañaba haciéndome sentir cuidada, prometiéndome que nunca me sentiría sola en un país como Argentina.

Qué pasó con tus calles, tus reuniones, tus excusas para celebrar a todas  horas el reencuentro con nuestros pares. 

Qué pasó con la música del vecino a todo volumen y los cantos de los chicos que se van a Bariloche, y el aniversario de las Bodas de Plata de mamá y papá con setenta invitados.

Qué pasó con los after office, el dos por uno, los cumpleaños, los bautismos, el partido de tus hijos, la graduación de tu mejor amigo. La escuela, los parques llenos, el perro suelto, las vueltas en bici, la torta de la abuela, la yerba lavada.

¿Qué pasó, Argentina?

Donde está la gente que salía con frío, lluvia o tormenta con tal de juntarse para ver un partido de fútbol. Donde está el ejemplo que le diste a tantos países de tu buena calidad de vida, anteponiendo tus vínculos como primer mandamiento. Sobresaliendo por tu carácter pasional y sentimentalista, jugándotela por tu gente, embarrándote los pies por una causa justa. Organizando mil asados con tal de generar el elegante pretexto de juntar a quince personas bajo una misma bandera: la amistad.

Que pasó con tu personalidad atrevida, desafiante y sin limites; sin temer a nada ni nadie, esculpiendo tu propia religión sin escuchar opiniones.

¿Cómo se vuelve de ser un león, Argentina? ¿Cómo frenaste tus ingobernables ganas de gritar transformándote en un cordero? 

¿Cómo podés vivir ignorando la esencia que te hizo argentino en primer lugar? Es cómo no cuidar al árbol que te dio frutos por tantos años.

Y lo más triste de todo esto es que vos crees que se trata de un problema político y esa es la excusa más patética que te inventaste para defender tu patria, que va mucho más allá de un partido político. 

Argentina, dabas para mucho más que para una división de posturas, pero con tu caprichos de subdesarrollo te quedaste discutiendo por las normas establecidas en vez de actuar desde tus instintos, salvajes e indomables.

Te pusieron un barbijo Argentina, y te callaron para siempre. Y lo que declaraste que nunca harías—quedarte quieto y encerrado—lo cumpliste, siendo el alumno perfecto que nunca fuiste. Y sin darte cuenta, te sacaron lo que te hacía distinto al resto del mundo: tu rebeldía.

Cierro los ojos y sueño con la Argentina que alguna vez habité, que me formó e hizo de mí una mujer intrépida, imposible de manipular, con los guantes puestos y los pies en la pampa, esa, que alguna vez acarició las memorias de un país libre.

 

El plagio es un delito, si vas a compartir mi texto por favor respetá mi nombre al final del mismo. Gracias

 

Ceci Castelli

 

Comments  

# Querida ArgentinaCristina 2020-06-16 11:32
Triste pero cierto. Gracias
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