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Deseo cumplido

Dicen que todo lo que estamos buscando nos está buscando a nosotros también. Lo que no te dicen es que para que te encuentre, tenés que irte de California. 

Estoy esperando que alguien levante la copa para celebrar mi puñetera despedida de este infierno pavimentado con buenas intenciones. Demócratas, no se molesten ni en saludarme, ya que cuando me vean sin bozal, los dos sabremos que hace rato que me tendría que haber ido.

En un mes me mudo a Florida, donde la sociedad ignora la plandemia y sigue con su vida—como tendría que haber hecho el resto del planeta.

Pero el miedo es así, imbécil y sumiso. Goodbye San Francisco!

La temerosidad me irrita y hace rato que vengo esperando mi casa frente al mar, ¿cómo les suena Fort Lauderdale By The Sea? Pongan la estampilla que me llega con arena gauchos. Finalmente agua turquesa sin zombies con trapos en la boca y un sol brillante que cae justo sobre mi cumpleaños:  24 de marzo.

Gracias Dios, te debo una. Una magnifica fiesta de bienvenida, ya que en San Francisco tener una conexión directa con vos estaba más chungo que una patada eléctrica de la 5G.

Malditos satánicos que han colapsado nuestro canal por 10 años. 

¿Cómo les explico mi alegría? Imposible, solo una persona rodeada por esclavos durmientes durante un año puede entender el calvario que atravesé. No me voy a otro estado, me voy a otro mundo, porque Florida cayó en Estados Unidos de casualidad. Nunca pensé que iba a volver a convivir con el calor extremo, los mosquitos y las cadenas de oro con el reggaeton, pero hoy en día no se trata más del clima o de la música. Hoy se trata de la libertad o la esclavitud, y solo Miami y yo sabemos lo que hemos luchado para ser libres.

Arrancamos mal, en un hotel de mala muerte y con un coche que casi me deja tirada en Dania Beach. Pero después la relación se enderezó cuando aparecieron los delfines nadando conmigo en Naples y la gente en la calle comiendo helado y bailando. 

Hoy no solo cumplo años, sino un sueño. El sueño de una tierra prometida que me devolverá a mis amigos, un trabajo en donde respetan mis ideales y la magnifica oportunidad de estar rodeada de guerreros. Que entienden y saben que hemos sido estafados y separados de nuestros vínculos con el fin de destruirnos. 

Se terminó San Francisco, nuestro amor duró casi 10 años, los últimos dos restantes fueron un duelo de protestas contra tu falsa bandera de espíritu libre. Contra tu contaminada estructura sin códigos ni valores.

Sé que nuestra ruptura será una pacífica, ya que fui muy feliz en esta ciudad, pero cuando la sociedad que vos criaste dio sus frutos, tu monstruosidad salió a la luz, y nadie puede vivir huyendo de la verdad por el resto de sus días.

Festejo el cambio de un ciclo, una puerta que se cierra porque se abren miles de otras, una nueva etapa en donde camino por una arena blanca mientras escucho The Outfield y agradezco al Universo por darme todo lo que siempre he pedido.

 

Happy Birthday to me!

 

Nos vemos en la playa, adorables lectores.

 

Ceci Castelli

 

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