Animales sueltos
De disfrutar del sueño americano a pasar a convivir con helicópteros, sirenas de bomberos, calles cortadas y saqueos, estoy a un peldaño de armarme el ritual yo solita quemando pluma de gallina y poniendo el nombre del Papa Francisco dentro del tarro de la cera caliente.
Welcome to 2020! El año en que todas las profecías le erraron con los resultados ya que los psicópatas duplicaron su nivel de violencia en nuestra biblia actual.
Año histórico de la censura de noticias, videos e imágenes. Colapso de falsas estadísticas y pérdida de puestos de trabajo a nivel mundial.
Cleptocracia, tecnocracia, tiranía, manipulación de capitales y un cribado estratégico de cómo están puliendo las aristas para el nuevo Orden Mundial. Y lo peor: vos crees que esto se trata de un barbijo o un virus o una lucha por la democracia. A modo ironía off, hace un par de años que la democracia dejó de existir, desde el momento que escuchan tus conversaciones telefónicas y te monitorean por las cámaras de tus pantallas, tu libertad es una epifanía, darling.
Que tu pelea sea estrictamente política no nos acerca a la gravedad del asunto ni de coña, porque hoy la batalla es por la conciencia, que va mucho más allá de tus ideales.
No se llega al poder siendo un buen tipo, no lo digo yo, la historia se encargó de comprobarlo con asesinatos como los de John F. Kennedy, Jaime Roldós Aguilera, Abraham Lincoln y Omar Torrijos (entre tantos).
Si la honestidad fuera un valor, no hubiéramos llegado hasta acá: divididos, enojados, quemando centros comerciales y editando comentarios con hashtags estratégicos para que no nos bajen las cuentas de nuestras redes sociales. Un delirio.
¿Ustedes se creen que George Orwell fue solamente un escritor talentoso con atisbos de vidente? Think again, fue un elegido para transmitir un mensaje a un pueblo dormido. Pobre tipo, hasta escribió pelos y señales y lo trataron de lunático. Cómo hoy me dicen a mí, incluso una de las personas que más quiero: “Ceci…tengo miedo de que estés en una secta…”
Y yo tengo miedo de que ustedes también, ya que al no ver la gravedad de la situación están más anestesiados de lo que pienso.
Cuando ya lo había visto todo, ayer la policía local nos informó que se escapó un tigre del zoológico y está dando vuelta por los barrios, advirtiéndonos que vayamos con cuidado. Esta los Mayas no la incluyeron, porque desafía las leyes de la gravedad directamente.
Genial, o sea que ahora cuando salgo a hacer los mandados no sé si voy a ser atacada por una vieja que me reta por no llevar barbijo o por un tigre que me quiere llevar para su cena.
Llorando de la risa mientras leía el Tweet—ya que estar al borde la muerte me pone cachonda—me llega una captura de pantalla de una amiga diciéndome que está viendo un OVNI desde su ventana. Me quedó la duda si era realmente un plato volador o un reflejo 3D que crearon para asustarnos con la próxima jugada.
Quedate tranquila—le dije—lo mejor que te puede pasar es que te abduzcan. Total, la libertad ya está siendo extirpada de todas maneras, relax baby, and enjoy the ride!
Pero mi amiga tiene hijos y teme por su futuro, uno en el que no pensó cuando hizo el amor en su luna de miel planificando la belleza de derrapar su ADN por la Tierra.
Procrear, el negocio con menos ganancias del mundo, no lo dije yo a esto, sino—en un discurso muy trabajado—Bill Gates en un TEDEX sobre como lograr la despoblación. Acordemos algo gauchos, el mercado financiero no está muy contento con la reproducción de nuestra especie, aunque tengo un serio conflicto interno en cómo seguirían beneficiándose los pedófilos al querer infertilizar a la sociedad con sus planeas radioactivos.
Eso es aleatorio—me dijo mi ángel de guarda—no hace falta que nazcan bebés, los crean en laboratorios directamente.
Claro, me había olvidado de que esto era parte de la agenda: lograr sus objetivos explotando las herramientas tecnológicas negativamente.
Que no te sorprenda dar con un híbrido de camino al super, cada vez hay más. ¿Alguien más cree estar viviendo una película de ciencia ficción?
No, esperá que llegue el 4 de julio, tanto cine hollywoodense no podría haber sido en vano. ¡Ya escribieron los guiones señores! Mucho Netflix y nadie puede decirme cómo seguimos.
Adivinar el futuro no está en mis cartas, pero puedo decir una sola cosa: mejor que ese tigre no ande cerca de mi barrio, porque odiaría perderme el final de esta película por culpa de una animal suelto que arriesgó mi vida.
¡Nos vemos en lo de Cutini!