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De conservadores a liberales

El día de ayer no se lo deseo a nadie, sobre todo porque llorar por política es como deshojar margaritas por un desconocido. Pero la ilusión de que alguien nos salve está en nuestro ADN; desde Jesús de Nazaret hasta Martin Luther King Jr., Buddha, Ganesha, Osiris, Ronald Reagan y con mucha mala suerte y viento a favor, Nestor Kirchner. 

Desde la astrología hasta la videncia, pasando por la meditación hasta la ufología; el ser humano se ha embestido en una búsqueda interminable por encontrarle un sentido a la vida más allá de sí misma—como si el hecho de existir, no fuera suficiente. Y es que en verdad no lo es, porque si lo fuera, no estaríamos mendigando información al cosmos en vez de la fuente: nosotros mismos como extensión de la divinidad. El problema es que estamos luchando contra esa divinidad desde que nacemos, y la meta de este sistema lapidario en el que estamos inmersos es destruir ese amor para que seamos humanos inoperantes sin sensibilidad a merced de la esclavitud de nuestras mentes—operadas desde una consola llamada programación mundial. No voy a seguir con la chacarera de la deshumanización, si para esta altura no te diste cuenta, es que sos parte del problema, y mis relatos no te van a levantar ni con diecinueve remolques psicológicos y trescientos Ave María.

El punto es que una minoría—con la que me identifico y lucho—sintió una gran derrota ayer, ya que pasamos de ser un país libre sin censura a un culto satánico que en su primer hora de gestión aprobó la eliminación de géneros en los baños públicos. La inauguración del clan de pedófilos de izquierda el 20 de enero se acercó más a un culto preparado para que las brujas salgan volando a que un equipo de politicos preparándose para el bien común. Rodeados de una cerca con militares muy parecidos al régimen Chino, todos embozalados, propio de rituales que le rinden adoración a sus amos que sacrifican la vida de otros para empoderarse y reinar. No es ciencia ficción, los invito a que entren a la plataforma digital con menos visualizaciones del mundo para corroborar mi observación.

Pero si un país como Estados Unidos acaba de ser transferido (judicialmente) a un viejo con demencia senil y a una vice presidenta que lo acusó a este mismo viejo de abusarla sexualmente, podemos esperar cualquier cosa en los próximos meses. Y aunque el mundo está deteriorado y perdiendo sus valores, la mayoría no ha votado a estos payasos. Solo que una minoría elitista maneja el mundo y ha contaminado la moral de los miembros de la Corte Suprema. Yo creo que cuando la biblia habló del anticristo se olvidó de mencionar a la Corte Suprema de justicia de los Estados Unidos. Un desfile bastante inusual de traidores, antipatrias, cínicos y corruptos. 

 

—Ceci, no te vi llorar así ni cuando te fuiste de Argentina—me dijo mi madre altamente preocupada porque me corte las venas con la constitución—.

 

Confieso que me lo tomé a pecho. ¿pero quién no cuándo están violando nuestras leyes? 

¿Otro verano más viendo como la gente se cae al piso corriendo con bozal? I don’t think so. Primero porque no viviré más en California para confirmarlo, y segundo porque el bozal ha pasado a ser mi punto ciego en mi espectro visual. Lo he desincorporado en mi categoría mental, entonces cuando un zombie me pasa por al lado o no lo veo o es ignorado por mi atención. Una especie de nueva rama de covidiota: el transparente.

A pesar de la evidencia del fraude electoral, el robo de las elecciones y el silenciamiento de toda una nación contra el progresismo, el clan de demócratas tomó las riendas una vez más de un país que no los apoya, y si Dios no interfiere en esta jugada, JAMÁS volveremos a tener unas elecciones limpias en lo que nos resta de vida.

Creo que este es el eje central de mi texto; la situación actual no se trata de demócratas o republicanos, se trata de un atropello por parte de la justicia de no reconocer que fuimos estafados. 

Y cuando la contaminación llega a una esfera tan alta en el rango de la civilización, nuestra especie está en jaque. Y si la gente no despierta luchando contra la maldad y el genocidio mundial, terminaremos siendo peones de una elite que domina a la humanidad con solo un 1% de gente.

Como creo en Dios, sé que el purgatorio de esta raza recién comienza, no podemos seguir habitando un planeta con tanto zombie. El despertar colectivo llegará, solo que hay que tirar un par de cuerpos a la cuneta para que el camino sea menos turbio.

Y si el viejo Joe no colapsa el drenaje con sus propios cadáveres—producto de los asesinatos en serie que él mismo ha cometido—veremos el correr de mucha sangre en nombre del bienestar global. El verdadero, no el Nuevo Orden que ellos proponen. 

Por lo demás, intentaré sobrevivir en la boca del lobo sin desear en lo más profundo mi alma que los malditos demócratas se quemen en el infierno junto a sus autos eléctricos y sus bolsas biodegradables.

 

Con amor, desde mi guarida de la calle Chestnut.

 

Ceci Castelli

 

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