Carta a Cecilia del futuro
¿Viste que todo había pasado por algo? Aunque como somos el futuro ya vimos que nos diste el dedo del medio al haberte dicho eso. Sos tan predecible cuando querés, y cuando no…Escribiste tres libros seguidos que se transformaron en tu casa frente al mar. Y sé que las conjugaciones verbales de este relato no te dejaran dormir tranquila esta noche, pero el futuro es así, impredecible. Y vos lo sabés muy bien; viviste un par de años en la calle Chestnut y en algún momento dudaste si el Universo se estaba echando una broma a tus costillas. Creías merecer más, pero el propósito de que tuvieras que esperar era solamente para tu propio beneficio, ya que cuando te rendiste, apareció todo lo que deseabas. Nosotros, el futuro, supimos que agotarte era el mejor recurso para que te entregaras y dejaras de escarbar en la alcancía de la divinidad. Porque al igual que vos, nosotros también pensábamos que te merecías lo mejor.
Pero los humanos piensan que no hay que darse por vencido para conseguir lo que quieren, y es justamente el abandono de la obsesión con una meta lo que hace que la energía circule con más eficacia.
Te hemos observado de cerca y también comprendimos que dado a tu naturaleza, quisiste saldar todas tus deudas karmicas en una sola vida para no tener que volver a este planeta. Aunque también te vimos sufrir por muchos perdedores y nos planteamos sino querías abarcar más de lo que tu espíritu podía. Pero nos sorprendiste una vez más saltando postas de gente perdida e inconsciente, volviendo a retomar las riendas de tu salvaje corazón. Fue un camino largo y desmoralizador, y a veces te chutabas tres películas y cuatro bowls de pochoclo para enterrar el malestar que la inestabilidad de este plano te había causado. Te vimos y te admirábamos en silencio por haber tenido la capacidad de elegir una cartelera impecable antes que una mala cita. Objetiva, sincera y solitaria. Tres componentes que habías seleccionado antes de nacer para navegar por este mundo sin depender de nadie para llegar a la felicidad que hoy sentís. Hubiéramos preferido que repartieras la tarea de evolucionar entre diez encarnaciones, pero insististe en cargártelo en una sola vida.
Vamos, la casa frente al mar jamás hará justicia por tanto esfuerzo desmedido hasta llegar hacia la verdad, ingobernable y libre.
No solo que gozamos de que estés en la galería de tu palacio escribiendo el guion de tu próxima película, sino que además estamos orgullosos de como superaste las pruebas una por una. Declaramos esta tu última vida en el planeta Tierra. Viajes sabáticos por el globo terráqueo hasta el día que cruces hacia el otro lado, y muchísimo dinero para que nunca te falte nada, Ceci. Te adoramos, tus hermanos de la otra galaxia.
Peace out.