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¿Día del Padre?

Hoy es el Día del Padre, huérfanos, levanten la mano y choquemos el saludo. 

Este año entre los padres ausentes, los que están muertos y la destrucción de la masculinidad, más que celebrar al hombre, cuidémoslo. Ya que el sistema planea extinguirlo o reducir su testosterona o esterilizar sus espermas o quién sabe qué próximo plan de acción para reducir la fuerza del género. La ironía de todo este asunto es que la mujer se cree que esto se ha sembrado para que ella tenga más lugar en la sociedad, entonces el sistema (perverso por naturaleza) tira los dados de la separación y las feministas cantan victoria. 

La ecuación es muy simple: la meta de las élites es generar una grieta entre géneros, aún en contra de la ciencia, virando la fortaleza hacia el sexo femenino. Lo encantador de esta historia—encriptada de por cierto en las películas de Disney (Brave)—, es que en verdad los que manejan las masas sociales son todos hombres, y jamás le darán a la mujer el lugar que se merece, pero hacérselo creer, amerita la apuesta. 

Entonces llegamos al siglo XXI con la ilusión de que los roles se han invertido  (ilusión para el que se tragó la píldora, claro) y en el fondo, la mujer ha duplicado su trabajo (fuera y adentro de la casa), ha sacrificado el tiempo con sus hijos por querer estar a la par de la jerarquía masculina, y ha perdido su costado femenino por entrar en un mundo competitivo reclamando justicia. ¡Bien ahí chicas! Un detalle: lo que no se ha duplicado son nuestros salarios (a la par del hombre), porque vamos, si vamos a hablar de justicia en un sistema económico, tenemos que hablar de números. Pero guarda, ahora la mujer puede votar y no sé cuántas chorradas más que nos ayudaron a cerrar la boca. 

Acá está el quid de la cuestión: los que manejan la agenda, saben que las mujeres somos emocionales, y de ahí se agarraron para dar cuerda a todas las desigualdades planetarias que emergen de 200 años de historia hacia la destrucción de nuestra especie. Es el plan perfecto en verdad, nos pusieron de carnada para engañar a la audiencia y terminamos mordiendo el anzuelo nosotras.

Ahora, además de no ser remuneradas por tanto sacrificio, dividimos las cuentas en una cita, le ponemos el auxilio al auto cuando se pincha una goma y nos declaramos orgullosas de ser autosuficientes, cuando la realidad es que la autosuficiencia debería tener que ver con la cooperación, no con el aislamiento. De hecho, todos los grandes cambios y los procesos evolutivos en la historia de la humanidad siempre han funcionado porque se trabajaba en equipo. Y parece que nadie puede aceptar que nos NECESITAMOS para crecer.

Tanto el hombre como la mujer, y mientras sigamos aportando a la competencia que el sistema plantea, vamos a terminar entregando nuestra sexualidad para que nos dirijan la vida. 

Y en vez de hombres, tendremos figuras metrosexuales que no sabrán colgar una estantería. Y en vez de mujeres, tendremos seres andróginos a favor del aborto y cortándose el pelo como un varón.

Y yo digo, en vez de hundir al hombre sentenciándolo por ser un producto mal utilizado, porque no ayudarlo a crecer, si es que las feministas la tienen tan clara de cómo hay amar y aceptar al otro.

Me sorprende que aún exista un “Día del Padre”, primero por el resentimiento que se ha creado alrededor del mismo, y segundo por la mala reputación que se ha llevado el hombre en los últimos 10 años. 

Los gajes del oficio: no haber sanado como humanos y responsabilizar a un género por ello. 

¡Calmaos mujeres! Tampoco estoy en su contra, entiendo que el desarrollo emocional masculino no está en auge tampoco, pero enojarme por ello me pone a la misma altura que la discapacidad con la que algunos conviven.

Admiro al hombre, de hecho si no lo hiciera, no podría estar con uno. 

Me crié en una familia con un padre ausente, y jamás culparé al sexo masculino por no haber tenido la maravillosa oportunidad de convivir con mi padre. En cambio, decidí perdonarlo y entendí que cada uno hace lo que puede con el amor que tiene.

Celebro al hombre, y hoy le deseo un muy feliz día del padre. 

Y aunque no estoy de acuerdo con las fechas comerciales, al menos les pude dedicar este escrito.

 

Buen domingo para todos,

 

Ceci Castelli

 

 

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