Pandemia de llamadas telefónicas
Si escucho la palabra “coronavirus” una vez más, me voy a clavar la bombilla del mate en la venas y ahí sí van a ver lo que es un drama en serio. ¿En qué planeta atravesando una guerra viral se acaba el papel higiénico en el supermercado? Yo sinceramente estoy más preocupada por estas estupideces que por la pandemia en sí. No hay mas dentífrico en las góndolas; no hay más carne y leche tampoco. Esta es una raza tan primitiva que el desabastecimiento va a traer otros problemas, pero si la gente no distingue un virus que sale de la boca a uno que sale del trasero, las cartas están echadas, señores: vamos a morir. No hoy, no mañana y no por este virus, sino por la falta de coherencia.
Paralelo a esto, el teléfono no para de sonar porque lo único que podemos hacer es hablarnos por celular, vamos, me falta la vincha y la colita del pelo bien alta y estoy para el call center de: "enfermedades virales y cómo dejar de actuar como un idiota”.