¿Nieve falsa?
Cuantas obviedades tendrán que seguir chorreando de la estupidez humana para que deje de cribar su camino hacia el exterminio. Me pregunto, mientras giro una página digital que afirma centro de detenciones para personas infectadas. Con que esas eran las famosas carpas, me dice mi otro yo mientras dudo hasta del átomo y la partícula. En su momento lo llamaban sanatorios auxiliares, ahora no sé bien en qué se han transformado, porque he optado por la brillante decisión de ignorar todo lo que sucede a mi alrededor. Encuentro que es la única forma de mantener la cordura sin querer ponchar a un zombie en la frente—ya que la mitad de su cara está tapada.