Las enseñanzas de Don Juan
Cuando tenía dieciocho años ataqué la colección de Carlos Castañeda y me devoré todos sus libros uno por uno. No soy metafísicamente jodida en vano, este fuego interior siempre incineró todas mis curiosidades con respecto a las verdades universales y personales de nuestra existencia.
Verdades que este sistema se ha empeñado en ocultar, poniéndole una mordaza a nuestro desarrollo perceptivo para así anular nuestras capacidades instintivas de utilizar el resto de nuestro cerebro en cautiverio.