Cocinando deudas
Otro año más en la rueda cósmica del universo dando el giro justo sobre mi tarjeta de crédito.
Regalo soñado: un hombre de uno noventa acariciándome el pelo.
Regalo obtenido: un juego de ollas y cacerolas.
Mientras yo zapateaba en mi cocina bailando Ottmar Liebert con mis cacerolas viejas y desgastadas, Jamie Lynn me llamó desaforadamente para decirme que se vendía un juego de ollas de muy buena marca a mitad de precio.
¡Con qué esto quieren de mí malditos astros! ¿Cocinando a fin de año para la familia numerosa que no tengo?
Yo les pedí un chef para navidad y resulta que me envían un juego de teflón para que continue mi tradición de huevos revueltos.