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¿Pepe ó José?

Habiendo sido un día difícil decidí llamarlo a José Gregorio para cenar algo juntos en la City, él con su buen humor y su alegría de vivir levanta hasta los escombros del 9/11. El lugar, Scopo Divino, la excusa, dos libros de hipnosis que necesitaba prestarle. A pesar de que José viene de las ciencias duras está abierto a cualquier terapia que lo ayude a descodificar porque sigue soltero a los 50 años, y yo—que el 80% de mi tiempo ando mezclando clavo de olor con esencia de pachuli— me acomodé para darle una cátedra sobre como encontrar la verdad. José jamás me la pidió, pero yo siento que a cambio de su compañía debo pulir horizontes. Tampoco está preocupado por su estado civil, pero es un buen tipo, le deseo una novia que lo quiera bien. Mientras yo me apoltronaba en el sillón dando mi lección de espiritista retirada, José me tapaba las piernas con una servilleta hasta que yo terminara de comerme el queso más rico de la temporada. Un caballero, discutiendo una vez más por no dejarme pagar la cuenta, admiro su cuidado conmigo y me siento protegida y querida al mismo tiempo. Y no, no me quiere llevar a la cama, José Gregorio ya durmió con muchas mujeres y ahora se ha vuelto selectivo. Su check list se ha convertido en una de las 7 maravillas del mundo. La lista dice algo así: 

 

  • El Coliseo. 
  • Machu Picchu.
  • Cristo Redentor. 
  • Gran muralla China.
  • Taj Mahal. 
  • Petra.
  • Como llegar a la clasificación por José Gregorio.

Doble push-up

Hoy, 4 de Julio del 2019 es mi aniversario. Y para una cultura zapping como es la nuestra, estar 8 años comprometida con una ciudad como San Francisco habla mucho más de mi capacidad de no haber encontrado el hombre para mí aún, que del amor que nos tenemos entre sí.

Lo que sí hemos encontrado es un brillante círculo de amigos que nos acompañan hasta que la cena para uno nos separe.

Como aparentemente Estados Unidos también festeja mi llegada a éste país, han decidido declararlo feriado, así que en esta oportunidad fuimos a un evento en Silicon Valley a codearnos con la Europa que nos habita. 

Porque no sé si les dije, pero los argentinos nos creemos europeos, unos gauchos finos que tiramos el poncho y las boleadoras ni bien cruzamos la frontera, pero finos al fin.  

Sha la la la la la tonight!

 

Cuando un viernes por la noche tenes una cita, es que están pasando dos cosas: sos un cero en la cocina y en tu puñetera vida aprenderás a prepararte un sushi por tu cuenta.

Eso está bien, mi talento es comer, no cocinar. Y según Esteban—el amigo que me acompañó—tengo un talento bastante grande.

Juicios necesarios

Nuestra querida ciudad de San Francisco se destaca por dos cosas: los alquileres más altos y los bachelors más disponibles de todo el país. Indiscutiblemente un lugar especial, no cualquiera puede abonar una cifra tan descomunal de signos de pregunta cuando del amor se trata.

Cólera en los tiempos del amor

Ay el amor, el amor, el amor…si escucho esta palabra una vez más creo que me voy a tirar del segundo piso de mi edificio. Aunque pensándolo bien mejor no, porque lo único que falta es que me caiga sobre el homeless que está acampando en nuestro vecindario hace una semana y me claven un juicio un día sábado. Genial, soltera y enfrentando la ley por trigésimo octava vez.