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Doscientos años de historia

El Golden Gate es el puente con más suicidios del mundo, se tira tanta gente tan seguido que tuvieron que poner un alambrado para que al menos matarse les costara un poquito. Doy fe, he pasado con mi bicicleta y lo he visto con mis propios ojos. Al principio sentí mucha pena, pero después llegué a la conclusión de que este planeta no es para cualquiera. El nivel de purgación que experimentamos en este plano es lapidario. Las pruebas no las pasa cualquiera y para ganarte la felicidad tenés que dejar de buscarla. Un cóctel tan sofisticado que para navegarlo sin pegarte un tiro tenés que saber un poco de filosofía, psicología reversa, medicina homeopática, sánscrito, Tai chi, meditación y política. 

Barbijo-free

Nada como salir a andar en bicicleta y tener todo el carril para mí porque la gente se dobleencerró con el aire contaminado de los incendios. 

Toman agua con flúor, consumen alimentos con pesticidas y están rodeados de portales radioactivos, pero el humito supongo que les dará un edema pulmonar. Los pocos vecinos que me pasaban a cincuenta kilómetros por hora me saludaban sin máscara solidificando la amistad de  los sin miedo. Libres y exentos.

Apocalipsis Now

 

Esta mañana me asomé por la ventana y había nevado—cenizas de los incendios. Cielo rojo, doble barbijeados, distancia social más humo, periodistas presos por opinar libremente y vacunas testeadas en nuestros queridos defensores de la patria que murieron con la aguja puesta.

Tengo una mala noticia: van a seguir muriéndose muchos más; unos por necios y otros por honestos. La vara es tan alta como la grieta.

La fe mueve artimañas

Llegó el verano indiano a San Francisco, una ola de calor inusual que dura una semana. Atacada por las reminiscencias de mi ciudad natal—el calor extremo—, me fui a una playa desolada para no escuchar el grito de un bebé insolado, perros ladrando o la música de algún vecino en alto parlante para que todos disfrutemos de su selección. ¿Jodida? Nah, una gran gozadora del silencio y del buen gusto. La comparsa, el rejunte de gente, las celebraciones públicas y los festivales tienden a generar una irritación leve en mi carácter tirando a una acumulación de municiones invisibles en mi mente. Más aún cuando sacan el tupper con empanadas y deciden acampar a mi lado. Entiendo que no puedo responsabilizar a la gente por mis delirios de solitaria, pero convengamos que la sociedad no es de colaborar mucho en el asunto de la convivencia civil. 

Peronia

Ayer tuve que bloquear a tres peronchos de mis redes sociales, la plaga política mas difícil de erradicar. Francamente hace rato que perdí la fe en la política, pero entre ustedes y yo, reconozcamos que los peronistas no practican la ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas; ellos practican la imposición y la manipulación de libertades. Que tres tipos que desconozco me vengan a agredir por mensaje, habla más de la impotencia de no aceptar las diferencias que del amor igualitario que predican.