Una de las particularidades de estar soltera es que todo corre por cuenta de uno, pintura y albañilería incluida. ¿Planeando levantar una pared de estucado? no, pero dicen que mis abrazos logran despertar al trabajador amateur que habita en cada hombre, o eso creí yo hasta que el novio que me arregló algunos desperfectos me dejó y el que venía detrás me invitó a que lo hiciera solita. Ya lo sé, estoy para el TEDEX en construcción del matrimonio perfecto: “como no elegir a los hombres equivocados”.

Pero como todo se paga en esta vida, tuve que contratarlo a Sergio una vez más; el problema con Sergio es que debe ser famoso, porque hace como tres meses que lo vengo persiguiendo para que me pinte los azulejos del baño. Entiendo que esta no debe ser la chamba más seductora de su registro laboral, pero soy una buena tipa y estoy dispuesta a esperarlo con el desayuno mientras me pulveriza la pared hasta dejarla con vistas al mar.

— Ceci, ¿por qué no lo hacés vos? es una tontería, me dijo mi amiga Leticia.

Y yo pregunto, ¿no están cansados de verme hacer todo solita?. Esta gente que pregunta es la primera en desearme un novio…y  en que momento voy a echarme uno si esta auto-suficiencia me está dejando en la lona. Mi madre me dice que yo me tengo que hacer la que no sé hacer nada, entonces ahí aparecerán los colaboradores ( y la manipulación también, claro). 

Lo que mi familia no sabe es que he agotado todas las entradas con los humanos, y la película terminó con una morocha comiendo pochoclo sola mientras mira los azulejos marrones y revolea los ojos maldiciendo los años 50’s.

¡Me tienen harta! Los azulejos; los humanos han superado mi capacidad de análisis, hartarme de ellos sería como odiar una flor por existir. Más bien los perdono, porque de todos los hombres que me rodean, ninguno ha sido capaz de darle una mano a esta chica…una con un terrible buen gusto.

— Ceci, si vos querés que un hombre te arregle cosas en la casa tenés que cocinarle algo, continuó mi madre.

Mirá vos…yo pensé que con entregarles mi alma era suficiente. ¡Si me cruzo con un estómago vacío más!

Les cociné, les toqué la guitarra y hasta les saqué un turno con la podóloga, y acá estoy, luchando por encontrar un empleado que al menos quiera hacerlo por dinero. 

— No se preocupe mijita, el sábado estoy ahí para servirle.

Servirme sería que me entreguen esa casa frente al mar urgente, pero el universo dilata y dilata y yo me pregunto si me está queriendo sacar gauchita porque ahí también me las voy a tener que arreglar solita.

Aunque no es lo mismo cambiar una bombita en 400 metros cuadrados frente al pacífico que luchar para que no se me caiga la cortina del baño en la cabeza porque no engancha bien. ( keyword: baño)

¿Algún día se terminaran los quehaceres domésticos ó esta bachata va a durar hasta que parta? 

A ver si nos entendemos, he llegado a utilizar el teflón como hilo dental, clearly…I am not your girl! Entonces ¿por qué el universo insiste? ¿Alguien tiene la respuesta? ¿O voy a tener que pagar por esto también?

Ya llamarlo a Gary (mi oráculo) para que me diga porque el universo se emperró conmigo sería demostrarle al pobre vidente que a veces es más peligroso estar soltera que poner la libido en donde va: la brocha y la escalera. 

Ay 2019, estamos a mitad de año y lo único que hiciste hasta ahora fue romperme el corazón y hacerme trabajar. Supongo que esto debe ser una estrategia de tu parte para cuando llegue todo lo que me merezco me sienta en la gloria. Apoyando los pies en la baranda de madera que da al mar, brindando por todos esos tiempos difíciles que hicieron que el esfuerzo valiera la pena, aunque tenga un poco de spray blanco en el pelo y mi teléfono esté en modo avión evitando compromisos y celebrando un cambio de paradigmas. 

¡Por un nuevo comienzo!

Buen jueves para todos!

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