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Destruyendo errores

 

Una vez leí un artículo que decía que la mujer linda e inteligente tiene menos suerte que la fea, ya que para una sociedad como la nuestra, la inteligencia y la belleza es una amenaza. A mi la verdad que me vale madre todo esto porque pienso que hasta el día de hoy he trabajado para mi karma, uno que me ha disparado con muchos feos, muchos perdedores y una camada de muy buenos tipos pero muy inconscientes. 

Y la inconsciencia es más peligrosa que la maldad. 

El problema es que confundimos la bondad con la claridad, y por esto creo que estamos todos tan decepcionados. Una buena persona no necesariamente tiene las herramientas para no lastimar al otro, porque a pesar de que tal vez no sea su intención, en su limitado radar de comprensión no puede abarcar más de lo que lo no puede ver. 

Yo llamo a esta gente chupadores de energía, ya que se alimentan de todo lo que uno les da pensando que al ser buenas personas van a saber cuidarlo. No tengo las teorías memorizadas de como la humanidad puede estar tan rota, pero he sido víctima de mi experiencia dando todo lo que tenía a una buena persona, y aún así, me destrozó igual. No me destrozó por no elegirme, me destrozó porque su inmadurez emocional no estaba a la altura de su circunstancia. La famosa frase de tirar perlas a los cerdos es tan cierta como mi mano; los cerdos son animales buenos pero actúan por instinto, como el hombre noble que no posee la capacidad de mirarse para adentro y resolver su drama. 

Solo se puede ser malo por ignorancia decía Sócrates, y sólo se podrá curar con sabiduría. Pero la palabra sabiduría y planeta tierra es un oxímoron. Este sitio es más un campo de concentración para purgarnos el alma que un templo a la verdad. Y en la interrelación de nuestra especie nos topamos con diferentes niveles de bestialismos, y a veces somos culpables de nuestro sufrimiento por haber confiado en ése aura de benevolencia que vimos repetirse en tanta gente.

Los monos con navaja son una metáfora de nuestro discurso que nos previene de cuidarnos de la gente inconsciente. Gente que aparenta normal y considerada y viven una doble vida mintiéndose a sí mismos y a los demás. Una tragedia que también ha logrado formar nidos en la virtualidad, ya que es un sitio en donde estás personas pueden sentirse seguras sin tener que estar comprometidas. Por eso pienso que la tecnología en una dimensión como ésta, solo va a llevarnos a la autodestrucción, ya que no poseemos ni la sinceridad para ser coherentes, ni la capacidad de responsabilizarnos por nuestros actos.

Un cóctel interesante para observadores como yo, pero un prontuario largo y agotador de un casting que ya se pegó la vuelta y está para la pose de yoga y la limonada en el parque.

Querida Meditación Trascendental: sin tu silencio éste mundo aturdido de negligentes sería un error. Gracias por existir.

 

Buen domingo para todos, un beso en la frente desde mi guarida de la calle Chestnut.

 

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