En manos de Dios
Cuando me recibí de periodista y comunicadora prometí no dedicarme a la política, sabía que era una camino sin retorno; agobiante, corrupto, peligroso y deshonesto. Después de observar como los eventos actuales fueron pisoteando mis derechos, no me quedó otra que escribir sobre el tema. ¿Es casualidad que en los últimos tiempos solo haya dos héroes: Julian Assange y Edward Snowden?
No, no es casualidad, es el resultado de una sociedad que fluye en decadencia, en donde los políticos han hecho lo que han querido porque saben que al pueblo no le interesa quién los representa. Porque quién los representa están demasiados ocupados filmándose, subiendo videos y creando plataformas digitales para expander su imagen y no su conocimiento.
Si aceptamos esto de un tirón, nos vamos a ahorrar varios dolores de cabeza.
El activismo, las luchas por la libertad, la quema de líderes pertenece a una época en donde no existía la manipulación tecnológica, entonces la gente no se podía dar el lujo de ser débil, porque no había distracción que tapara la grotesca obviedad del atropello moral.