La venta que te parió
Hoy me siento como en mi adolescencia, escuchando César Banana Pueyrredón y comiendo semillitas. A no paniquearse, peor hubiera sido Ricardo Arjona. Al menos mis comienzos musicales arrancaron por baladas románticas de un tipo que nos tiraba en las pistas bailables y no del precipicio. “Cuando aaaaaaaaamas a alguien, se te enciende la vidaaaaa….”, aunque la mía ya estaba incinerada, no la hubiera cambiado por nadie. Hoy estoy mas o menos igual, con la diferencia de que tengo 40 años y me quedé sin casa y sin muebles en 5 días. Cenando en el piso con lo único que importa: la música y mi libertad.